COMO ABRIR UNA PUERTA ATASCADA
Como abrir una puerta atascada
Normalmente la pasamos mal al intentar abrir una puerta que está atascada. Una puerta se puede atascar por diversos motivos, puedes estar frente a una puerta con muchos años de antigüedad, puedes haberla atascado al cerrarla muy fuerte ocasionando que se haya roto alguna pieza del mecanismo, entre otras razones.
Lo primero que debes hacer es mantener la calma y seguir alguno de nuestros consejos para abrir una puerta atascada. No será tan difícil. Solo debes actuar con tranquilidad antes de empeorar la situación al actuar de forma desmedida.

El motivo del atasco
Un dato importante que debes manejar antes de proceder con algún truco para abrir una puerta que esté atascada, es saber el motivo del atasco. Saber porque está atascada la puerta nos ayudará a emplear el mejor método para desatascarla.
Una de las causas más comunes puede ser el óxido, si tu cerradura ha sido atacada por el óxido es fácil darte cuenta.
A veces el óxido esta visible desde afuera, pero hay veces que el problema es por dentro, te darás cuenta si al introducir la llave ésta gira con dificultad, emite algunos chillidos o al sacarla tiene marcas de óxido.
Si este es el problema puedes emplear algún tipo de lubricante. La mejor opción es el polvo o spray de grafito, debido a que lubricantes como la grasa mecánica o el aceite no funcionan en estos casos, de hecho tienen un efecto contrario, solo atrapan la suciedad e impurezas pero no limpian la cerradura.
Otra causa del atasco puede ser algún problema en el cerrojo provocado por el desgaste del mismo. Para resolverlo puedes optar por un método para forzar una cerradura de forma no instructiva. En este tipo de casos puedes emplear alguna tarjeta de crédito o usar un cuchillo.
Otros motivos pueden ser daños en el marco de la puerta, lo que a veces ocasiona problemas. Que el marco o las bisagras estén desalineadas, o incluso puede haber algún objeto que esté obstruyendo el camino de la puerta desde el interior.
El método de la palanca
Si la puerta está atascada por algún daño en la cerradura puedes emplear el método de la palanca para abrir la puerta.
Antes de empezar debes tener a mano el objeto con el que comenzarás a hacer palanca, puede ser una simple tarjeta de crédito, pero es más recomendable usar un cuchillo para untar, ya que estos son más duros y fáciles de manipular.
Una vez tengas en la mano el cuchillo para untar deberás introducirlo en la hendidura que queda entre el pestillo y la puerta. Para lograrlo deberás ir deslizando el cuchillo con cuidado intentando mover el pestillo.
Deberás ser cuidadoso para no dañar la madera, deslizas el cuchillo en la dirección contraria a la cerradura para que quede por detrás del pestillo y cuando sientas más presión en el cuchillo lo mueves con fuerza en dirección a la cerradura.

De esta forma harás palanca haciendo que el pestillo entre en la cerradura y para abrirla deberás dar un pequeño empujón.
Quitar la cerradura vieja
Si ves que la puerta ofrece mucha resistencia puedes optar por otro método, puedes intentar quitar por completo la cerradura dañada, una vez este fuera revisa si se puede recuperar mediante lubricante o reparación.
Para lograr quitar la cerradura lo primero que tendrás que hacer es localizar los tornillos que mantienen en su sitio la cerradura y comenzar a quitarlos desde un lado para desmontar la cerradura por partes. Una vez hayas desmontado un lado podrás ver el interior del mecanismo.
Sin picaporte será más sencillo abrir una puerta atascada si el problema es el óxido en la cerradura o algún daño en la misma.
Una vez hayas quitado la cerradura puedes intentar repararla o colocar una nueva, basta con que calce en el espacio de la puesta y comenzar a atornillarla.
Usar la fuerza
Si se requieren medidas desesperadas puedes emplear una contundente patada o empujón. Hay veces que las bisagras están muy dañadas y abrir una puerta se vuelve muy trabajoso, incluso se hace imposible abrirla de forma tradicional.
Puedes intentar con un método altamente instructivo, un buen golpe, específicamente una patada. Antes de emplear este método asegúrate de agotar todas las opciones, debido a que se trata de un método que puede causar daños al marco de la puerta y a la puerta en sí.
A la hora de soltar la patada debe ser fuerte y precisa, intenta dirigirla a la altura de la cerradura, normalmente te tomará un par de intentos, 3 o 4 patadas cuando mucho.
Este método es útil si la puerta está trabada debido a alguna deformidad, daños en el marco de la puerta, que la misma se encuentre desalineada. Pero recuerda que se trata de un método riesgoso que puede llegar a romper tu puerta.
Quitar las bisagras
En algunas ocasiones el problema no tiene nada que ver con la cerradura de la puerta, el problema puede encontrarse en las bisagras. En estos casos deberemos quitar la puerta desmontando las bisagras por completo, quizá suene complicado pero en realidad es más sencillo de lo que parece.
Solo deberás localizar las bisagras, esas placas metálicas de la puerta y con un destornillador comenzar a retirar los tornillos, deberás hacer palanca hacia arriba hasta que veas los pernos, una vez los veas puedes recurrir a una pinza para retirarlos o quitarlos directamente con la mano. Luego deberás hacer lo mismo con la otra bisagra.
Sin bisagras la puerta ya no estará sujeta, puedes ver el problema más claro y recurrir a reparar tus bisagras o reemplazarlas con unas nuevas, si ves algún problema en la madera puedes resolverlo también para dejarlo todo en su lugar y mantener tu puerta en mejores condiciones para que no se vuelva a atascar.
Sin bisagras también podrás acceder más fácilmente a la cerradura y buscar daños, porque hay veces que el óxido se encuentra en las dos piezas, tanto en cerradura como en bisagras, lo importante es revisar bien todo para no sufrir más atascos.
