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Cómo abrir una puerta cerrada con una tarjeta
No queremos parecer filosóficos, pero “cuando se nos cierra una puerta…siempre hay una forma de abrirlas”. Sí, es literal porque, aunque se tranque accidentalmente y no tengamos la llave para abrirla, podemos acudir a técnicas sencillas de realizar, pero eficaces en los resultados.
El uso de una tarjeta, por ejemplo, es una técnica muy popular a la hora de resolver este tipo de inconvenientes. Además, es una de las más utilizadas y de menor riesgo.
Si quieres saber más, sigue leyendo porque a continuación explicamos cómo abrir una puerta cerrada con una tarjeta, de manera que puedas hacer uso de ella y logres con éxito solucionar el problema.
Qué tarjeta usar
Esta técnica es conocida como la técnica de la “tarjeta de crédito”. Sin embargo, no necesariamente debe ser de este tipo, con que sea una tarjeta plástica es suficiente, lo que interesa es que sea flexible y resistente, así que se puede tomar cualquiera que ya no se utilice.
Es preciso advertir que utilizar tarjetas de crédito o tarjetas personales en el proceso podría llevar al deterioro de las mismas, ya que para realizar la apertura de la puerta se efectúan movimientos donde la tarjeta es deslizada por la ranura entre la puerta y el marco, donde el vaivén de la tarjeta podría raspar su diseño o podría doblarse por completo.

Ubicación de la tarjeta
Una vez seleccionada la tarjeta a utilizar como herramienta, se debe precisar su ubicación, es decir: dónde colocarla para dar inicio a su deslizamiento. Así que se debe asegurar que sea en el lugar donde ocurre el cierre. Esto para poder desactivar la seguridad que la mantiene cerrada.
Su ubicación debe ser por encima de la cerradura a unos ocho centímetros, aproximadamente. Para estar seguros y determinar con exactitud, empuja la puerta hacia atrás todo lo posible con la mano desocupada, la rodilla o el hombro.
Cuando ya se coloque la tarjeta en ese lugar, se debe inclinar un poco, haciendo presión. La idea es precisar que la tarjeta pueda tocar el pestillo de la cerradura.
Por si no lo conoces, el pestillo también llamado resbalón, es la pieza de metal que sobresale de la puerta y se incrusta en el orificio que contiene la placa o cerradero, ubicada en el marco.
El pestillo es el encargado de mantener cerrada la puerta, este sale de la cerradura y entra en el cerradero por efecto del giro que hacemos con el pomo. Su función es moverse de un extremo a otro, y una vez liberado del cerradero permite abrir la puerta.
Exactamente es al pestillo a quien se debe atacar o forzar con la tarjeta para poder dar abrir la puerta. Por eso, es importante colocar la tarjeta en el lugar correcto para proceder al siguiente paso. ¿Cuál? Pues el movimiento de la tarjeta o deslizamiento.

Deslizamiento
Llegado a este punto, es cuando procedemos a realizar el verdadero trabajo de la técnica. El deslizamiento de la tarjeta se debe hacer, entre la puerta y el marco, tal como ya se ha mencionado.
Al colocar la tarjeta por encima de la cerradura, la insertamos por la ranura para proceder a deslizarla. Esto debe hacerse de forma vertical, sin dudas, pero con dirección de arriba hacia abajo. Al topar con el pestillo, se debe hacer presión e inclinar la tarjeta hacia la cerradura.
Si en el primer intento no se logra mover el pestillo, se debe realizar nuevamente; pero esta vez, haciendo un poco más de presión en el momento que se detecte al pestillo y ocurra el enganche con la tarjeta, sin olvidar que luego de eso se debe inclinar la tarjeta. De esa manera, el pestillo será hundido en la cerradura.
Algunas puertas requieren muy poco esfuerzo, mientras que otras se pueden abrir solo con introducir una tarjeta entre el marco y el pestillo sin necesidad de inclinarla o doblarla tanto.
Empuje final
Una vez deslizada la tarjeta, podemos ayudarnos con nuestro cuerpo para dar ese pequeño empujoncito que necesita para ser abierta. Y sí, es literal, porque una vez que el pestillo es retirado del cerradero con la tarjeta, solo necesitamos empujar la puerta para que esta abra.
Claro, esto no siempre será necesario, solo en algunos casos donde el pestillo no se retira completamente y requiere de un ligero empujón para hacerlo por completo.
Consejos y recomendaciones
- Esta técnica funciona siempre y cuando la cerradura de la puerta no se encuentre asegurada con llave. De lo contrario, todo esfuerzo será en vano, ya que la tarjeta no tiene la fuerza y resistencia necesaria como para luchar con el seguro que activa la llave. Así que asegúrate antes de realizar el esfuerzo.
- Por lo general, las puertas que contienen cierre de pomo simple, pestillo de muelle o con borde inclinado, son las ideales para la aplicación de esta técnica. Porque el corte que tiene la pieza facilita la inserción de la tarjeta en el cerradero, permitiendo el enganche y posterior palanca.
- El paso a paso de esta técnica también se puede realizar con otro elemento plástico si no se cuenta en el momento con una tarjeta. Por ejemplo, se puede tomar un retazo de tamaño considerable de una radiografía o de una botella de gaseosa, de agua, o cualquier recipiente plástico del que se pueda extraer una pieza similar a una tarjeta y de tamaño considerable.
Además, el procedimiento será el mismo, se introduce el retazo de radiografía o de la botella entre la puerta y el marco, siempre ubicando el pestillo. Sin embargo, la fuerza a aplicar va a depender de la facilidad de desplazamiento que tenga el plástico a utilizar. Es decir, si tiene menos capacidad para deslizar, entonces se debe aplicar más fuerza.
- Finalmente, no olvides que, si todo esto resulta ser muy complicado para ti, puedes llamar a un cerrajero para que te ayude a abrir la puerta. Este profesional tiene toda la capacidad para realizar este tipo de trabajos. Además, te puedes sorprender la facilidad y rapidez con que lo hacen.