Cómo abrir una puerta con la llave trabada
Cómo abrir una puerta con la llave trabada
Abrir una puerta sin el uso de la llave es una situación más común de lo que se puede creer y que por fortuna hoy en día se puede lograr, gracias a técnicas y herramientas que permiten el forcé de las puertas; esto si por descuido, perdemos las llaves o, las dejamos encerradas.
Pero ¿cómo abrir una puerta con la llave trabada? ¿qué técnicas podemos aplicar para solucionar este incidente? Entendemos que es de mayor complicación intentar destrabar una llave que se encuentre dentro de la cerradura, que no acceda a ningún lado e imposibilite su apertura. ¡Seguro que te ha pasado!
Por eso, a continuación, te presentaremos algunos tips que de seguro darán la respuesta a tus dudas. Veamos posibles soluciones según el caso que se presente con la llave de la puerta.

Lubrica la cerradura
Si al introducir la llave, esta no gira o lo hace con dificultad, seguro el problema es de resequedad, pudiera ser que la cerradura por dentro este algo vieja y su mecanismo ya requiere mantenimiento y lubricación para permitir la adecuada realización de los movimientos internos.
Por otro lado, si se trata de la puerta principal, puede que la exposición al sol haya resecado su mecanismo, así que, al introducir la llave, el contacto entre los metales provoca presión entre ellos impidiendo cualquier movimiento.
Así que lo que debes hacer es tomar un envase de lubricante para cerraduras, y aplicar por la ranura u orificio de inserción de la llave, de manera que se pueda humedecer tanto la llave como el mecanismo interior de la cerradura.
Si no logras hacerlo con el recipiente del humectante, entonces utiliza una jeringa con aguja para que introduzcas el líquido lubricante a través de la aguja de este elemento.
El lubricante debe hacer su trabajo, por lo que unos minutos ayudarán, de manera que todo lo que estuvo en un estado de resequedad, ya no lo esté.
Llegados a este punto, se toma la llave y se comienza a mover de lado a lado, así el lubricante terminará de recorrer el mecanismo remojando todas las partes hasta que la llave gire por completo y la puerta abra.

Utiliza un disco de corte o un esmeril
Si la llave da vueltas dentro de la cerradura, pero aun así la puerta no abre, es probable que se trate de un problema interno. Esto indica que la llave no se encuentra incrustada adecuadamente en el mecanismo de la cerradura, lo que quiere decir que dicho mecanismo está trabado o dañado.
Para ser más claros, una cerradura está constituida por múltiples mecanismos que deben ser elevados a determinada altura para permitir que la llave pueda girar y abrir la puerta. Al introducir la llave, esta encaja congruentemente con los pistones que conforman el mecanismo interno para destrabarlos y quitar la seguridad.
Si la llave, al ser introducida, solo da vueltas, quiere decir que puede estar trabado el sistema interno evitando su correcto funcionamiento. Así que lo más recomendable es reemplazar por completo ese mecanismo ya que pudiera estar desgastado.
Pero antes, para abrirlo, utilizamos un esmeril o disco de corte. Esta es una opción agresiva, pero si lubricaste la cerradura, la golpeaste, hasta la llave y aun así no abre, el problema puede requerir una solución drástica.
De modo que debes utilizar un esmeril, ubicarlo en la ranura de la puerta o a unos centímetros hacia el pestillo y empujarlo para cortar el elemento que mantiene a la puerta cerrada.
Usa unas tenazas, martillo o presiona el cilindro alrededor de la llave
En ocasiones, cuando la llave está pegada y no sale de la ranura, se recurre a dar pequeños tirones, pero tomando en cuenta no doblarla ni romperla (cosa que empeoraría la situación).
Si no se obtiene resultados utilizando solo las manos, lo mejor es buscar apoyo en alguna otra herramienta, de manera que podamos controlar el movimiento y evitar romper la llave.
Unas tenazas o unas pinzas son las herramientas perfectas para intentar extraer la llave. Y si aun así persiste el problema, busca un martillo y golpea ligeramente la llave mientras la mueves de lado a otro con cuidadosa rapidez.
El golpe causará que las piezas internas se ajusten o si se trata de algún objeto que está causando la traba, generará un sacudón que reajustará todo el sistema, permitiendo con esto que de un sacudón la llave sea extraída.
Otro motivo por el cual la llave puede estar trabada es porque el disco, que rodea el orificio por donde insertamos la llave, está suelto y de algún modo se mueve con los movimientos que realizamos junto a la llave, o al menos se mueve cuando la halamos o cuando la empujamos.
Así cuando intentamos sacar la llave, el disco se sale de su posición e impide la salida de la llave. En este caso, la solución es mucho más sencilla de lo que podrías pensar, puesto que solo debes identificar si esto es lo que ocurre y de ser así, no necesitas más que:
- Sostener el disco al momento de girar la llave para impedir que este se mueva con ella y se dé un fallido intento para abrir la puerta.
- Y, una vez abierta, solo debes empujar el cilindro en el momento que hales la llave para sacarla de la cerradura.
Recomendaciones
Para mantener un eficaz funcionamiento de nuestras puertas, es importante preservar la vida de sus cerraduras y, con ellas, el buen estado de las llaves. Así, debe tener en consideración lo siguiente:
- Limpiar periódicamente la cerradura (se pueden desarmar siguiendo una guía de cerrajería, para mejor ajuste). Desarmarla y revisar cada pieza de ella evitará futuros problemas con las llaves al introducirlas.
- Lubricar la cerradura. En el proceso de la revisión o limpieza periódica, se puede aplicar lubricante para evitar resequedad en el mecanismo.
- Tener cuidado al introducir las llaves en las cerraduras, por ejemplo, evitar movimientos bruscos para no doblarlas.
- No introducir llaves que no correspondan con las cerraduras de las puertas. Este error puede traer consecuencias de trabados.
