Cómo abrir una puerta con un plástico

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Cómo abrir una puerta con un plástico

Tal vez creas que se trate de un mito cuando escuchas que, ¡para abrir una puerta que está cerrada y no se tenga la llave, un simple pedazo de plástico es la solución! Pues debes saber que no se trata de un mito o de alguna leyenda, realmente puedes resolver y abrir la puerta utilizando un plástico como única herramienta.

Así que, si te interesa y quieres saber cómo abrir una puerta con un plástico, solo debes prestar atención a lo que te traemos. ¡Ah! También necesitarás tener a mano ciertos implementos que te ayudarán en la preparación del plástico, dependiendo de cuál utilices.

Pero ya no sigamos con esto, ¡vamos de una vez! A continuación, te diremos cuales elementos de plástico puedes intentar abrir tu puerta, tres técnicas similares con herramientas distintas, pero todas del mismo material. Si aún no lo crees, checa lo siguiente:

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1. Con una tarjeta

Quizás hayas escuchado que con una tarjeta de crédito puedes abrir una puerta, pero realmente no te advierten que no necesariamente debe ser «de crédito»; pues no es por tener contenido financiero lo que hace la liberación de la cerradura; es su material o plástico resistente lo que le da mayor flexibilidad para poder utilizarla.

Por eso, en este post te decimos que puedes sustituir la tarjeta de crédito por cualquier otra que esté elaborada en plástico. Porque entendemos que quizás no cuentes con una tarjeta de crédito o sencillamente, sabes que utilizar tu tarjeta para abrir una puerta puede traer consecuencias desastrosas para tu economía; sí, puedes quedarte con una tarjeta dañada e inservible y ¿cómo pagas las cuentas?

Demás está decir que el uso de la tarjeta de crédito para abrir una puerta, es una técnica muy usada. De hecho, nos atrevemos a decir que es la primera alternativa para abrir una puerta, porque no implica grandes gastos, ni mayor esfuerzo que el de maniobrar con la cerradura y la tarjeta. ¡Sencillo, fácil y muy práctico! Pero, no te pierdas el paso a paso:

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  • Con la tarjeta en mano, ubícate de frente a la puerta, llévala hasta la cerradura y colócala justo en medio de la puerta y el marco (en una ligera abertura que queda en ese espacio). Esto debe a ser unos centímetros por encima de la altura de la cerradura.
  • Trata de introducir la tarjeta por la ranura, al tiempo que con la mano libre tomas el pomo o manija de la cerradura si es que lo tuviera, sino solo empuja ligeramente la puerta.
  • Luego de insertarla, deslízala hacia abajo haciendo un poco de presión.
  • Una vez que se enganche con el pestillo empújalo, con la tarjeta, hacia el lado de la puerta, con el fin de hundir el resbalón y meterlo en la cerradura.

Cuando hablamos de resbalón o pestillo, nos referimos a ese elemento de metal que entra y sale de la puerta para posicionarse en la plantilla que tiene el marco, es lo que activa el mecanismo de cerrado.

  • Mientras tanto, con la otra mano que sostienes el pomo, comenzarás a mover la manija continuamente como si estuvieras abriendo la puerta, mientras realizas el paso anterior.

Al lograr hundir el resbalón la puerta cederá y estará abierta sin problemas.

2. Botella de refresco

En esta oportunidad debes utilizar una botella plástica vacía, sugerimos una de refresco o gaseosa, pero la verdad es que un recipiente de agua o jugo también puede funcionar, no importa la marca, lo importante es el material que es el único protagonista, el plástico.

  • Ahora bien, previamente debes ayudarte con una tijera para elaborar la herramienta, puesto que necesitas cortar el pico y la base, de manera que solo quede el cuerpo central.
  • Después deberás trazar un corte por el medio del cuerpo restante de la botella. Al terminar, notarás que te quedará una lámina de plástico que será la herramienta a utilizar en el proceso de apertura de la puerta.

Ahora, por la misma ranura por donde se debe meter la tarjeta, introducirás la lámina, sujetándola por ambos extremos, la deslizarás desde arriba hacia abajo, o al contrario si es que te resulta más cómodo, tratando al igual que en la técnica anterior, de hundir el resbalón o pasador.

Puedes repasar el paso a paso de la aplicación con la tarjeta porque es similar, aunque en esta técnica mantendrás ambas manos sujetando cada punta de la lámina de plástico, lo que no te permitirá tomar el pomo. Sin embargo, de vez en cuando puedes soltar el extremo de abajo para empujar la puerta girando el pomo.

Por supuesto, eres libre de elegir si mantienes el cuerpo central de la botella del tamaño original o si lo cortas para reducirlo o dar una forma distinta. Algunos le cortan la forma de uña, triángulo, etc.

3. Radiografía

En esta oportunidad, puedes usar la radiografía en tamaño completo o cortar un pedazo que consideres suficiente para trabajar cómodamente.

Desde ya te adelantamos que la aplicación de esta técnica es similar a las descritos anteriormente, aunque con ligeras variaciones, ¡Veamos!

  • Introduce la radiografía en la ranura de la puerta ubicada entre el marco y la cerradura.
  • Colócala a unos 20 centímetros por debajo de la cerradura.
  • La radiografía, a diferencia de la tarjeta de crédito y la botella, suele ser un poco más tosca para deslizarse, lo que hace que su entrada en la hendija sea un poco complicada. Así que debes ir empujando poco a poco, empezando por una esquina, hasta introducir una gran parte, de 3 a 4 cm.

Si se te complica un poco ingresarla, aplica aceite lubricante tanto en la ranura como en la porción de la radiografía que intentas meter para que se desplace con facilidad.

  • Ahora llévala hasta arriba de la cerradura y al pasar por donde consideres que está el resbalón, trata de hacer presión hacia arriba para sacarlo de cerradero.

Recuerda que si no resulta a la primera, no debes perder la calma, estas son técnicas de destreza y rapidez que, por lo general, requieren de un poco de práctica.