Cómo abrir una puerta cuando se traba la cerradura
Cómo abrir una puerta cuando se traba la cerradura
Por lo general, los problemas con las puertas y sus cerraduras suceden a diario. Suelen cerrarse con seguro porque dejamos accionado el botón de seguridad (para las cerraduras de pomo), o quizás cerramos al salir y al volver notamos que está cerrado y que las llaves están dentro.
En este caso, estamos conscientes de que, por error, no podemos abrir nuestra puerta. Pero hay un problema peor que olvidar las llaves y es: que intentes abrir la puerta, aún con llaves en mano, y que esta no abra porque está trabada.
Es en ese momento cuando nuestro cerebro quiere explotar en busca de soluciones. ¿Pero qué crees? No permitiremos que eso te ocurra nunca más, y nos referimos a que no tendrás que pensar mucho para buscar solución porque nosotros, en este artículo te tenemos varias. Tú solo ¡lee y aprende!
Pero ojo, no intentes aplicar estas técnicas para cometer actos delictivos. Úsalo para abrir tus puertas y ayudar a otros bajo su completa autorización.

Método Palanca
Con este método deberás cuidadosamente tratar de sacar el pestillo del marco de la puerta. Se conoce como uno de los más sencillos para destrabar cerraduras en casos de emergencia.
Para ello, necesitarás un cuchillo de los que solemos utilizar en la cocina para untar mantequilla o mermelada, también puede servir una espátula, una navaja, tijeras largas o un destornillador de pala.
- Ahora ubica en la cerradura el punto donde se ajusta el pestillo con el marco para hacer el cierre.
- Si ya encontraste ese punto, procede a introducir el elemento seleccionado para realizar la palanca de forcé, justo en el hueco que queda entre el pestillo y la puerta. Si es que la puerta no tiene esa abertura porque ha sido sellada, olvídate de realizar este procedimiento. Así que procede con al siguiente.
- Pásalo cuidadosamente para evitar romper la madera o dañar el marco. Debes tratar de mover el pestillo.
- Continúa haciendo palanca de manera firme, sin perder el control. Una vez que muevas el pestillo, empuja la puerta y ábrela.

Retira la cerradura
Retirar la cerradura es otra alternativa que pudieras hacer si ameritas de tiempo y comodidad para hacerlo. Al quitarla podrás revisar y mejorar su funcionamiento, puede ser que necesite limpiarla, engrase o limar algunas asperezas.
Esta técnica aplica para las puertas con cerraduras de pomo, las cuales pueden retirarse sin complicaciones. Para la ejecución, necesitarás un destornillador para quitar los tornillos que mantienen la cerradura en su posición.
Desarmar este tipo de cerraduras es casi intuitivo, debes retirar el pomo, una vez lo hagas quedan visibles algunas piezas y tornillos.
Cuando hayas localizado los tornillos, retíralos, trabaja básicamente con un solo lado para que puedas después sacarlo completo. Extrae la tapa que cubre la base del pomo y todo lo demás que tengas allí.
Cuando ya hayas sacado las piezas de un lado de la cerradura, podrás visualizar mejor. Identifica el mecanismo que libera el pestillo y acciónalo para que logres abrir.
Luego, desarma el otro lado de la cerradura y revisa cuidadosamente el sistema, verificando que todo esté en orden y así determinarás qué es lo que la tiene trabada.
Lo mejor que puedes hacer es limpiarla, lubricarla lo suficiente y finalmente, vuelve a montarla.
Lubrica la llave y la cerradura
Una técnica que funciona por excelencia para destrabar cerraduras es aplicando lubricante de polvo de grafito, puesto que la mayoría de las veces se trancan por falta de lubricación y la manera más sencilla de adquirir polvo de grafito es comprándolo en una tienda especializada.
Claro que si no tienes tanto tiempo simplemente usa un lápiz de grafito.
Para lubricar la llave, saca punta al lápiz y raya cada porción de las sierras exceptuando el área que no se inserta en la cerradura.
Ahora, para lubricar la cerradura debes abrir el lápiz de modo que puedas retirar el grafito y prosigue a rasparlo con un cuchillo de manera que extraigas el polvo. También puedes golpear el grafito en un mortero hasta hacerlo polvo.
Continúa retirando el polvo más fino, lo colocas en una hoja que posteriormente doblarás para crear un canal. Coloca un de las puntas en el orificio de la cerradura y deja que todo el grafito caiga dentro del mecanismo.
Finalmente, introduce la llave y muévela durante un tiempo hasta que todo el mecanismo esté lubricado y la llave gire con naturalidad.
Quitar las bisagras
El método para quitar las bisagras consiste en desarmarlas. Aunque suene complicado es algo bastante sencillo de hacer, solo debes tener a mano un destornillador plano y un martillo.
Procede a introducir el destornillador en la pequeña abertura que queda entre la clavija y la bisagra. La clavija es una especie de punta o estaca que atraviesa las hojas de la bisagra.
Estas hojas son huecas y van entremetidas una de la otra, logrando mantener su engrane gracias a esa clavija que las atraviesa, lo que les da firmeza. Las bisagras se adhieren al marco con unos tornillos. Para fines de nuestro objetivo, puedes retirar la clavija o extraer los tornillos si es que las bisagras están ajustadas con estos.
Para retirar la clavija, puedes usar un destornillador plano para impulsar la cabeza hacia afuera. Una vez que logres levantar un poco clavija, con ayuda del martillo, golpea firmemente de abajo hacia arriba hasta que la clavija salga totalmente. Esto debes hacerlo con cada bisagra que contenga la puerta, solo así te aseguras de que no habrá nada que la pueda sujetar al marco y lograrás sacarla.
Recomendaciones
Por lo general, una puerta con la cerradura trabada es sinónimo de descuido. Las cerraduras, aunque no lo crean, también necesita mantenimiento, así que lubrícalas y limpia los residuos que pudieran alojarse por el desgaste del metal.
Es importante tener el cuidado necesario con nuestras puertas, así alargaremos la vida de sus cerraduras y nos evitaremos dolores de cabezas al no ocurrir incidentes como los detallados a lo largo de este artículo.
Recuerda que si quieres que tus bienes funcionen y perduren, debes cuidar de ellos.
