Cómo cambiar las lamas de persianas
Cómo cambiar las lamas de persianas
Las persianas son elementos que nos permiten decorar los espacios; a la vez que nos prestan otras funcionalidades como protegernos de los rayos del sol u otorgar privacidad hacia el interior del hogar. Con sus distintos estilos, materiales, modelos y colores; son capaces de brindar calidez y elegancia a cualquier ambiente.
Sin embargo, casi todos los modelos están compuestos por capas plegadas que suelen deteriorarse con el paso de los años. Es por ello que en este artículo, te enseñaremos cómo cambiar las lamas rotas de una persiana. De esta manera podrás solventar el inconveniente, ahorrándote una buena cantidad de dinero y evitando así, frustraciones innecesarias.

Consideraciones previas: Cambiar las lamas de una persiana
El sistema principal con el que funcionan las persianas, consiste en enrollar sobre sí misma las lamas para almacenarlas en un compartimiento conocido como tambor; ubicado en la parte superior de la estructura. Este mecanismo (manual o automático), puede plegar o desplegar los pliegues según las necesidades del usuario.
El problema surge, cuando las lamas se doblan, rompen o deterioran; ya que, afecta su funcionalidad, dañan su apariencia y generan un fuerte estrés en los propietarios. Este inconveniente es uno de los más comunes y suele hacer con bastante frecuencia. Sobre todo, en hogares con niños pequeños o en persianas que tienen instaladas varios años.
Aunque es posible cambiar las lamas por unas nuevas; en algunos casos será imposible. Esto se debe a que, con los años se hace difícil encontrar lamas del mismo tipo que las instaladas en nuestras persianas; por lo que tendremos que buscar si el fabricante ha dejado algunas de más o si no, reemplazarlas por unas lo más similares posible. En cualquier caso, no todo está del todo perdido.

Paso a paso: Cómo cambiar las lamas de una persiana
En general, cambiar las lamas es una tarea simple; pero que requiere de mucha pericia, paciencia y sobre todo, maña. Te aconsejamos realizar este procedimiento en un espacio tranquilo y con tiempo suficiente, para que no andes a las carreras y evites cometer errores. Muy bien, comencemos:
Paso 1: Para comenzar, quita la tapa del eje para dejar a la vista el compartimiento interno de la persiana. Aunque la mayoría de los cajones tienen fijada la tapa a presión, algunos utilizan tornillos. Por lo que tendrás que analizar si utilizar un taladro de pala o estrella, según sea el caso.
Paso 2: Despliega toda la persiana, para que no quede ningún elemento enrollado en el eje. Lo que buscamos es despejar la caja de la persiana.
Paso 3: Ahora, tendrás que soltar la persiana del eje. Algunos modelos cuentan con cintas atornilladas al eje; otros unos flejes o muelles plásticos que están enganchados a las ranuras del eje.
Antes de soltar la persiana, pon un par de pinzas de ropa en la entrada del recogecinta. De esta manera, evitaremos que cuando sueltes la persiana la cinta sea recuperada por el recogecinta y el eje se desenrolle.
Paso 4: Una vez hayas soltado el eje, procede a sacar la parte superior de la persiana. Dentro de las guías deberá quedar un trozo de persiana sueldo, a causa de las lamas rotas.
Paso 5: Ahora, procede a retirar la lama rota. Estas se quitan y ponen, mediante una acanaladura que tienen y que les permite deslizarse de forma horizontal. Puede darse el caso de que la lama rota esté en el tramo inferior o superior de la extensión; sea donde sea, tendrás que quitarla.
Paso 6: Cuando hayas terminado de quitar las lamas rotas, tendrás que sacar el trozo de persiana inferior. No es necesario que lo quites por completo, bastará con que retires dos o tres lamas fuera de la caja; de esta manera podrás trabajar con mayor comodidad.
Ahora, mueve una de las lamas hasta casi sacarla por un lado; acerca el trozo de persiana superior que sacaste anteriormente y vuelve a poner la lama en su sitio, haciendo que ingrese entre las dos persianas a través de la acanaladura.
Paso 7: Por último, vuelve a poner la persiana dentro de las guías con mucho cuidado. Sujétala al eje, de la misma manera en la que estaba antes de quitarla. Retira las pinzas de ropa y procede a comprobar el resultado final; si suben y bajan perfectamente. ¡Listo, Has reparado las lamas de tu persiana con éxito!.
Los mejores materiales para las persianas
Aunque existen muchísimos modelos de persianas y materiales con las que son fabricadas, los más comunes son el PCV y el aluminio. Cada uno de estos compuestos, ofrece múltiples beneficios según las necesidades de los usuarios.
Por ejemplo, las de aluminio térmico, son persianas bastante ligeras y con mucha resistencia; aunque por otro lado, son bastante costosas. La principal ventaja que ofrecen es que contienen la temperatura de las habitaciones; por lo que son capaces de cubrir la luz en un 100%.
Las de PCV son mucho más económicas y aunque cumplen con su función, pueden llegar a deteriorarse con mayor rapidez y son un poco más pesadas. Por otro lado, evitan la entrada de la luz solar parcialmente; atenuando la entrada lumínica en un 80% y no son capaces de retener la temperatura externa de la habitación.
Actualmente, los modelos de madera están comenzando a ganar popularidad por sus atractivos diseños llenos de carácter. Aunque son altamente decorativos, cumplen una función similar a las persianas de PCV; reteniendo la luz parcialmente y sin capacidad para repeler el calor. Pese a esto, son una gran opción para hogares que deseen un toque de diseño funcional.
Sin importar el tipo de persiana que dispongas, estas son capaces de traer múltiples beneficios a tu hogar, negocio u oficina. Por lo que vale la pena reparar esas lamas averiadas, con tal de volver a tener una persiana que trabaje con óptimo funcionamiento.
Por otro lado, en el caso de que necesites adquirir una nueva; fíjate en los diversos modelos y materiales que hay en el mercado. Estos pueden brindarte mayores beneficios como el aislamiento al ruido, a los rayos UV o protección solar.
