Saber abrir una cerradura de puerta corrediza

Manual Cerrajero
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Cómo abrir una cerradura de puerta corrediza

El diseño interno y externo de los espacios indica los modelos de puertas más conveniente para cada uno de ellos. Por supuesto, también el gusto y deseo de los dueños tiene mucho que ver.

Por ejemplo, las puertas corredizas de vidrio se usan en balcones y salidas hacia jardines internos y externos para resaltar la vista en estos espacios. Es una forma de exaltar la convivencia con la naturaleza y relacionar un área con otra. Pero aún así, cada espacio tiene su propia seguridad; y esta se manifiesta en la cerradura que resguarda cada acceso.

Claro, hay un inconveniente con esto, esas puertas estan expuestas a factores ambientales y por tal motivo las cerraduras corren riesgo de oxidarse y trabarse, principalmente cuando no reciben el adecuado mantenimiento. 

No obstante, las ocupaciones diarias nos absorven y se nos escapan esos detalles así que no reaccionamos hasta que ocurre lo menos deseado y la puerta no abre, entonces, cómo abrir una cerradura de puerta corrediza.

Cerraduras para puertas corredizas

Como hemos dicho anteriormente, las puertas corredizas se usan en espacios internos, o al menos dentro de una misma propiedad y pocas veces tienen acceso hacia la puerta principal. Es por ello que el nivel de seguridad de una cerradura de puerta corrediza no es muy elevado. Al menos no en los modelos convencionales. 

Aún así, cuando las puertas corredizas se traban, por oxido u otro factor, sí que puede ser difíciles de abrir. Así que en estos casos tenemos que recurrir a acciones concretas para abrirlas, acciones que dependen de la causa de la falla.

A continuación te mostramos algunas soluciones:

Usando un cuchillo

La mayoría de las cerradura para puertas corredizas poseen un gancho como sistema para asegurar la puerta. Aprovecharemos esta vulnerabilidad.

  1. Usaremos un cuchillo, el cual debe ser rígido y no muy grande y comenzaremos ubicando este cancho o pestillo.
  2. Posteriormente introduciremos el cuchillo en la rendija que nos permite acceder al pestillo, colocaremos el cuchillo por debajo de gancho y aplicando fuerza haremos un movimiento ascendente, buscando que el gancho se levante y así libere la puerta.

Este método también puede ser implementado con un destornillador o alguna herramienta larga que pueda ser utilizada bajo la misma aplicación para lograr el mismo fin.

Usando una percha

Para este caso solo necesitaremos una percha de ropa, como se dijo en el método anterior la mayoría de las cerraduras para puertas corredizas cuentan con un gancho para asegurarse al marco o cerrar la puerta, así que aprovecharemos la percha para sacarlo.

  1. Necesitaremos una percha de alambre, a esta le apretaremos un poco la parte curva por donde se engancha o guinda, para usarla como gancho.
  2. Ahora ubicamos la posición del pestillo o gancho, e introducimos el gancho de la percha para jalar el pestillo, utilizando la fuerza suficiente para poder lograrlo. Si en los primeros intentos no lo hemos logrado, podemos apretar o cerrar más el gancho que nos proporciona la percha.

Si el material con el que está fabricado la percha, es poco resistente y se dobla al aplicar fuerza e intentar jalar el pestillo, podemos sustituirlo con un alambre más resistente, realizando un gancho similar al que nos proporciona la percha y aplicando el mismo procedimiento.

Quitando los tornillos

Algunas cerraduras de puertas corredizas tienen visibles tornillos los cuales se encargan de encajar sus piezas o de encajar la cerradura en la puerta. Este es un aspecto de la cerradura que podemos aprovechar para sacar ventaja.

  1. Obtenemos un destornillador acorde a las características del tornillo o tornillos que debemos desajustar.
  2. Para comenzar, ubicaremos la posición de todos los tornillos que debamos sacar, para luego comenzar a extraerlos uno a uno, sin importar el orden que tengan, lo importante es sacarlos todos.

Existen cerraduras que presentan tornillos en los bordes y hay otro tipo de cerraduras que tienen un tornillo en el centro de la manija para desbloquearla.

Una vez tengamos fuera todos los tornillos, lo que debemos hacer es estudiar el sistema interior de la cerradura. Utilizando el destornillador o una herramienta larga podemos mover el sistema interior y desactivarlo, o podemos desajustar la cerradura para que saque el pestillo o gancho que mantiene la puerta cerrada.

Usando un taladro

Existen algunas cerraduras para puertas corredizas que poseen un sistema de llaves. Así que si este es tu caso y estás en una emergencia y lo fundamental es acceder al interior sin importar si tienes que dañar la cerradura, entonces, podemos utilizar un taladro.

Es fundamental que tengas en cuenta que luego de este procedimiento debes cambiarla si necesitas mantener la seguridad del recinto.

Aparte de un taladro, necesitaremos una broca; esta no debe ser muy fina, pero a la vez tampoco es necesaria una broca muy gruesa. 

  1. Necesitamos perforar el centro del ojo de la cerradura. Por esta razón, la broca que elijamos también debe estar fabricada de un material resistente. Además, necesitaremos un destornillador de punta plana o una herramienta similar.
  2. Colocamos la broca en el taladro y con mucha precaución perforaremos exactamente en el centro del ojo de la cerradura. 
  3. Si sentimos que la broca se traba, debemos sacarla y volver a introducirla, pues esta podría quebrarse. 
  4. Taladraremos a la mayor profundidad posible o hasta el largo que nos proporcione la broca.

En algunas cerraduras frágiles es posible que se quiebre el cilindro de la cerradura y salga de manera sencilla. En el caso de que no sea así, implementaremos el destornillador de punta plana, y lo introduciremos por el orificio que hemos taladrado e intentaremos desbloquear el sistema interno para que nos permita abrir la puerta.

Recomendaciones

Antes de probar algún método que dañe nuestra puerta podemos buscar una manera alternativa de como ingresar al interior de la zona a la que deseamos acceder.

Si el objetivo es acceder al interior sin importar el costo, porque nos encontramos ante un caso de emergencia, te contamos que algunas puertas corredizas son fabricadas de vidrio por lo que podemos romperla con algún objeto contundente. O, en el mejor de los casos, llama a un cerrajero.